El abuso de alcohol es peligroso para su salud. Consuma con moderación.
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Convertir un cóctel legendario en una bebida sublime
El gin-tonic, cuyo origen se remonta a hace dos siglos, ha vuelto para quedarse. Hoy en día, figura en la carta de muchos establecimientos que han elegido G’Vine, la ginebra francesa. Por su frescor y aroma, es capaz de deleitar el paladar de cualquiera y, en todo este tiempo, no ha dejado de reinventarse sin cesar.
Tras la mítica receta del gin-tonic, ginebra acompañada por tónica, se esconde un remedio utilizado por los oficiales de la Compañía Británica de las Indias Orientales.
A fin de protegerse de la malaria, los ingleses tenían que consumir quinina con regularidad. Al tratarse de una bebida amarga, se les ocurrió añadirle ginebra y azúcar. Con el tiempo, este remedio, que servía de medicamento, fue reemplazado por tónica, que también contiene quinina, pero tiene un sabor más dulce.
A día de hoy, el gin-tonic se suele preparar con ginebra y Schweppes o Fever Tree. El famoso «gin-tonic» tan popular en los 80, ha derivado en múltiples variantes, cada cual más original. Sobra decir, por supuesto, que todas comparten una base común: la ginebra. El gin-tonic floral se distingue por un sabor floral que deja entrever el amargor de la tónica. Para preparar esta bebida, solo hay que sustituir la tónica con Premium Mixer con sabor a flor de hibisco. El toque final se lo puede dar una rodaja de naranja o pomelo, que no solo decorará, sino que aportará una nota cítrica.
La preparación de un gin-tonic con G’Vine
Elige una copa de vino de gran capacidad o una copa balón con pie. Agrega cuatro o cinco cubitos de hielo de tamaño mediano. Vierte 4 cl de Gin de France G’Vine y, por último, 12 cl de Schweppes, Fever Tree o una tónica 100 % francesa como Archibald o La French. El resultado: un cóctel elegante, de un refinado color verde claro, que se puede decorar con una rodaja de limón o unas uvas blancas.
Aunque el gin-tonic es uno de los cócteles más sencillos de preparar, su elaboración requiere la selección de materias primas de calidad y seguir ciertas reglas a rajatabla. Una de las claves está en usar cubitos de hielo grandes y no huecos, para que tarden en diluirse mientras se encargan de enfriar el cóctel. ¡Solo así podrás disfrutar de un gin-tonic perfecto!
La ginebra verde G’Vine, 100 % francesa, se elabora a partir de uvas destiladas.
Las bayas de enebro desprenden un bouquet de aromas sin igual, mientras que las plantas añaden un toque único a la ginebra tradicional. Sus notas elegantes, florales y dulces combinan perfectamente con las tónicas más exquisitas cuando llegan al paladar.
La elección del recipiente adecuado importa y mucho. Una copa demasiado estrecha no permite que los aromas se difundan de manera óptima. Asimismo, el G’Vine-tonic debe degustarse en una copa capaz de alojar todo su sabor, suficientemente grande y preferiblemente con pie.
